domingo, 27 de junio de 2010

LAS BATALLAS INTERIORES EN EL PS ARIQUEÑO

La llegada de Jaime López Arellano, en vez de traer la unidad al Partido Socialista de Arica, causaron luchas intestinas serias.
A fines de 1970 o comienzos de 1971 el Partido debía elegir sus candidatos al Municipio.
La dirección adulta determinó cuatro nombres: Valcarce, Soto, Aguilar y Orellana.
Como cada Partido tenía derecho a llevar, en Arica, siete candidatos, es decir: igual número de regidores s elegir. Los “viejos” ofrecieron que los tres candidatos restantes salieran de la FJS.
Los nombres propuestos fueron los de López, una niña de apellido Allende y el mío.
El mío se había considerado en gracia a mi pequeña fama de poeta. Ya había ganado un premio, había publicado un libro y varios poemas en folletos y diarios, además de varios artículos en los mismos diarios. Las radioemisoras locales y el canal de TV. me habían entrevistado en varias ocasiones.
Todo eso fue razón para que dos muchachas de la FJS y un tercero, Morales, se inclinaran por mi nombre.
Pero el día de la determinación de los candidatos a regidores de la FJS, ocurrió lo sorpresivo.
Al hablar Jaime López dijo que la Juventud no era partidaria de la vía electoral, que la opción de los jóvenes socialistas era la lucha armada.
Argumento muy usado en su tiempo, pero que a mí y a otros no nos gustó.
Sin embargo nosotros éramos tres y ellos eran seis.
Además la palabra de López era la palabra de Dios en la FJS.
De esa manera la Juventud no presentó ningún candidato.
Por lo tanto los únicos candidatos fueron los cuatro designados por la dirección adulta del Partido.

Ese sería el primer pie de una larga batalla que Morales y yo -de la FJS- sostendríamos con López.
Las niñas quedaron aisladas por cuenta propia o se unieron a la tribu de López.
¿Con qué armas haríamos la Revolución?
Resultaba ridícula la posición de López.
Desde ese mismo minuto nacía una diferencia que se ahondaría en el tiempo.

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