Fue Jaime López Arellano precisamente la manzana de la discordia que ayudó a destruir al PS. Ariqueño.
No soportando más sus infamias se alejaron o fueron alejados del Partido C.V., Morales, el peleo Espinoza, yo y muchos otros.
Incluso en una ocasión, ya fuera de la militancia del PS, pasando cerca de su sede vi a Guillermo Plaza y lo increpé con rudeza. Y quise golpearlo. Ocultó su cara y apareció una mujer, su esposa, que me dijo, que por favor no…que era un hombre enfermo…pero tras Plaza aparecieron los matones Jhonny Pérez y Álvaro Parra…casi se armó una trifulca mayor. Se peleaba en medio de la calle. Luego apareció Aquiles Quiguaillo, quien yo presumía me venía a agredir…Idea que mantuve, por los avatares de ese momento, durante largo tiempo…realmente Quiguaillo había tratado de evitar la pelea.
(Muchos años más –en los ochenta- una tarde una persona pasó por mi local de San Diego y me observó y me dijo: ¿El poeta? ¿El poeta Martínez?...Lo quedé mirando sorprendido…¿No te acuerdas de mí me dijo?...No, no lo recordaba.
Al preguntarle quién era me dijo que pasaría al día siguiente o subsiguiente…Nosotros tuvimos un problema tonto hace muchos años, me dijo. No, no lograba recordarlo.
Esa noche, en la tranquilidad de mi departamento, recordé quién era, así es que cuando cumplió con reaparecer en el local, me dijo…¿Y te acordaste?...Sí, tú eres Guillermo Plaza, le dije. Sí. Se acercó y me abrazó. Tuvimos una pelea tan tonta en esos años. Ya la recordé, le dije sonriendo. Tú eras un valor, me señaló, nosotros, el Partido, cometió una injusticia en no apoyarte en esos momentos. Le dije que no importaba, que habían pasado muchos años.
Luego se despidió.
Supe que hace unos años falleció en Iquique…
Plaza, al menos, había tenido la dignidad de reconocer el mal causado y disculparse…Eso me hizo feliz y por ello el recuerdo que ahora tengo.
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